viernes, 27 de noviembre de 2015

“EL CAMINO"

 ( ABEL )
Va sobre un niño que se llama Daniel, pero la gente lo llama el Mochuelo, que tiene 11 años y su padre es quesero y le obliga a estudiar en la ciudad para que no trabaje de quesero como su padre pero lo que Daniel quería era trabajar de quesero o herrero, porque cree que eso le hará feliz.
Daniel empieza a contar la vida de Roque o El Moñigo que es un amigo suyo al que admira, porque es muy valiente. Su hermana le cuida, ya que su madre se murió en el parto de Roque y al cual le sigue echando la culpa por su muerte. Y su padre es el herrero y todo el pueblo le tiene como a una persona que bebe mucho.
Daniel explica qué es el Valle para él. Dice que le gusta sentir la paz y contemplar las vistas del Valle. Al terminar de explicar el Valle, cuenta todo lo que se puede ver en el viaje desde el Valle hasta su pueblo.
Daniel se pone a recordar momentos en el pasado como cuando su padre le dijo el por qué le puso ese nombre, o cuando se alejó de su padre y empezó a madurar. El nombre “Daniel” le duró muy poco ya que todos los del pueblo le llamaban Mochuelo e incluso ha habido momentos en los que a su padre le oía llamarle Mochuelo y se ponía a discutir con esa persona para que le llamaran por su nombre.
En el pueblo hay tres señoras muy cristianas, a las cuales las llaman las Guindillas, ya que son secas y delgadas. Un día, la hermana mediana murió. Y, al pasar el tiempo, la hermana pequeña encontró pareja y al contárselo a la hermana mayor, se enfadaron y se acostó con él. Al día siguiente fue a confesar porque pensaba que había pecado.
El establecimiento que tenían fue cerrado.
Daniel empezó a hablar sobre un amigo suyo que se llamaba Germán, al que le llamaban el Tiñoso. Era delgado, flojo y pálido. Le llamaban Tiñoso, porque tenía calvas desde pequeño. Le encantan los pájaros y en su casa tiene muchos y también los cría.
Moñigo, Daniel y Tiñoso eran amigos y siempre sabían cómo divertirse. Un día se fueron al Valle en el que vieron una cigüeña y Moñigo les explicó de dónde venían los niños y, desde ese momento, Daniel empezó a mirar a su madre con más aprecio.
Según decía Roque, la guindilla menor tenía “vientre seco”, y regresó a los tres meses y cuatro días de fugarse.
Esta fue a la tienda de su hermana para finalizar esa visita a la tienda con un acuerdo que decía que la hermana menor no podría salir a la calle durante cinco años y debía vestir de luto para el resto de su vida. Además, el hombre con el que se fue, la quería por su dinero y le quitó lo poco que tenía.
Los tres amigos se fueron a casa de Gerardo (es un hombre que se fue del pueblo y volvió con una fortuna y familia) para coger manzanas y, al cogerlas, les pilló la hija y les dijo que les dejaba cogerlas pero que a la próxima vez que bastaba con que se las pidiese. Daniel se quedó pasmado de lo guapa que era.
Daniel quería impresionar a la hija de Gerardo pero no se sentía hombre porque no tenía ninguna cicatriz como sus amigos.
El Moñigo, dejó de admirar a Quino, el manco, cuando se enteró de que lloró cuando su mujer se murió. Juntos tuvieron una hija la cual era cuidada por él y la madre de Daniel.
Daniel recibe una carta de su tío Aurelio en la que decía que enviaba para Daniel un Búho Real que había atrapado vivo en el olivar.
Su padre le promete que cuando llegue el Gran Duque irán de caza juntos.
El padre cumple con su promesa y lleva a Daniel a cazar a la montaña Pico Rando.
Allí su padre caza un milano y en uno de los tiros le rebota un perdigón a Daniel en la cara y empieza a sangrar. Daniel le pregunta al padre si le quedará cicatriz pero el padre le dice que no y Daniel siente lástima.
Al día siguiente el quesero se marcha a la ciudad y vende al Gran Duque y al milano por cinco billetes de cien.
Los tres amigos ingenian un plan para que el maestro y “la Sara” se conozcan. El Mochuelo le escribe una nota de parte de “la Sara” a don Moisés para que se encuentren y después de hablar y de que don Moisés le eche unos piropos, se hacen novios. Al cabo de un año y medio deciden casarse.
En las misas de don José se juegan los hombres a pares o nones cuántas veces dirá el cura “en realidad”. Se proponen convertir la cuadra de Pancho, el Sindiós, en un local para proyectar películas morales, católicas, sin parar. Se acaban las películas morales y empiezan a poner de otro tema, así que acaban quemando el aparato proyector.
La Guindilla, al domingo siguiente, cogió una linterna y se fue al monte y cada vez que se encontraba una pareja la decía que estaban en pecado mortal. Al cuarto domingo entre todas la rodearon y querían tirarla a El Chorro, pero Quino se interpuso y la defendió, y ella para agradecérselo le besó el muñón.
Se forma un grupo para cantar el “Pastora Divina” en la iglesia, pero la Guindilla va expulsando a niños que no tienen la voz pura. Al final quedan quince niñas y seis niños, entre ellos Daniel. Roque, el Moñigo y Germán, el Tiñoso, a la salida dicen “niñas maricas” y Daniel quiere que lo echen. El día de la Virgen después del sermón de don José, cantan la canción; al acabar, el Mochuelo ve a la Mica con su novio.
Aquella tarde sube la cucaña ante la mirada de todo el pueblo y consigue los cinco duros, todo lo felicita.
La Guindilla mayor se enamora de Quino. Al cabo del tiempo el pueblo se entera del noviazgo. La Guindilla y Quino deciden casarse aunque la Guindilla menor se negaba. El Mochuelo hace grande su amistad con Uca-uca. El día de la boda la Uca-uca desaparece y por la noche van a buscarla, cuando la encuentran todos van a abrazarla menos la Guindilla (su madre) quien le pega dos guantazos. Quino le dice que no vuelva a hacerlo pero dice que tiene que aprender y, como es su madre, puede hacerlo.
Germán saltó de roca en roca para aproximarse con un pedrusco en la mano para matar un pez cuando resbaló y se golpeó contra las rocas. El Mochuelo y el Moñigo se arrojaron al agua para rescatarle. El Tiñoso tenía una herida muy grande en la nuca. Lo llevaron a su casa donde, sin poder hacer nada, murió. El Mochuelo se pasa toda la noche velando a Germán. El día del entierro, Daniel mató un tordo y lo puso en el ataúd junto al Tiñoso. La gente lo confundió con un milagro. Solo el cura sabía que había sido Daniel.
Todo el pueblo está en el cementerio. Le van echando uno por uno alguna cosa a la tumba. Daniel no sabía si tirar una moneda o guardársela para comprarse una cosa. Al final decide tirarla porque quería mucho a su amigo. No lloró porque Roque no paraba de mirarle para que no llorara. A la salida le esperaba la Uca-Uca y la agarró de la mano.


AUTOR: Miguel Delibes

Editorial: DESTINO

2 comentarios:

  1. Buen trabajo, Abel. Espero que te haya entretenido esta historia ¡a por la próxima! Intenta disfrutar también con las reseñas que han hecho tus compañeros de otros libros, por si alguno te pudiera hacer gracia. Gracias. Bibliotecaria

    ResponderEliminar